Mi objetivo como terapeuta de parejas es ayudar a las parejas en conflicto a mejorar el grado de satisfacción que obtienen de su relación conyugal: ya sea incidiendo en las formas de interacción, ya sea ayudando a modificarlas percepciones y cogniciones individuales. En terapia de parejas se lleva a cabo un protocolo de intervención y unas herramientas de una eficacia probadas.
Uno de mis primeros objetivos cuando acude una pareja es motivar a cada uno e involucrarlos en el cambio. Cuando ambos cónyuges se comprometen activamente la intervención funciona y cada miembro de la pareja mejora la percepción de sí mismo y del cónyuge, produciéndose un aumento de la autonomía personal y una mejora de la autoestima.
La terapia de pareja no está concebida únicamente para mantener la unión entre las personas, sino en muchos casos, va más allá. Cuando los cónyuges deciden que la vía adecuada para su bienestar y el de su familia es la ruptura, en este caso, forma parte de la terapia acompañar a los cónyuges y ayudarles en este difícil proceso.
Ante todo, hay que mantener a los menores al margen del conflicto de pareja. Los menores deben sentirse queridos y apoyados por ambos progenitores. Dejando claro de que las dificultades y conflictos de la pareja son independientes de la relación paternofilial. Es importante para la estabilidad emocional de los menores, que los progenitores sepan diferenciar entre el rol de padres y el rol de pareja.
Si precisas asesoramiento de cómo abordar un conflicto familiar, ponte en contacto.